viernes, 3 de diciembre de 2010

CRUZ ROJA VE A LA MUJER MALTRATADA MÁS VULNERABLE POR LA CRISIS ECONÓMICA

El coordinador general de Cruz Roja Española, Toni Bruel Carreras, ha asegurado hoy, en unas Jornadas estatales sobre Violencia de Género que se celebran en Gijón, que la crisis económica agrava la vulnerabilidad de las mujeres maltratadas.

En un escenario con más de 4 millones de parados, las perspectivas de una mujer maltratada para romper el vínculo y denunciar a su pareja son "más bien escasas, y muchas no denuncian por miedo a quedarse en la calle", ha indicado.

Bruel ha participado esta mañana en la última de las tres jornadas de debate sobre violencia machista que se han realizado en el local de la Asamblea de Cruz Roja Gijón.

El coordinador estatal de Cruz Roja ha considerado que la crisis económica "significa un reto" porque la organización "tiene que asumir una responsabilidad mayor", ante el aumento de la pobreza y de la exclusión social.

Bruel ha explicado que el 2 por ciento de los usuarios de los servicios de Cruz Roja, unas 18.000 personas, viven en la calle, y otro 35 por ciento "no tienen contacto con nadie que pueda ayudar en un caso de extrema necesidad".

El informe sobre la vulnerabilidad en España ha desvelado "índices muy preocupantes" sobre el mapa social que se esta configurando por la crisis, ha expresado.

Ante un grupo de técnicos que trabajan en la problemática de la mujer víctima de violencia machista, Bruel ha abogado por incorporar "un abordaje comunitario" para atender a estos casos, porque la perspectiva puramente asistencialista "no sirve".

En ese sentido, ha destacado la necesitad de provocar una mayor sensibilización y compromiso de la sociedad ante un mal que aunque se ha hecho más visible en los últimos años está lejos de erradicarse.

Bruel ha considerado que se deben crear redes sociales que den una respuesta más eficiente amplia y con "sentido comunitario".

Otro de los aspectos que ha analizado es la necesidad de formar grupos de autoayuda para reducir las tensiones y el estrés de los voluntarios que están trabajando en ayuda a las víctimas.

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