“Con médicos a los que les tiembla el pulso, es difícil operar”, decía Manuel Pizarro en la charla que ofrecía en la Cámara de Comercio de Guadalajara. Era un símil para explicar que hay que hacer reformas duras en la economía española para conseguir recuperarse de la crisis económica. Así, ofrecía Pizarro su visión ante un interesado auditorio y enumeraba cinco medidas que hay que llevar a cabo en España.
Menos interesado se mostró, a preguntas de LA CRÓNICA DE GUADALAJARA, en proponer medidas económicas a María Dolores de Cospedal, que horas antes había presentado junto a Rajoy y en Toledo un paquete de medidas para la próxima legislatura. Aseguró que, pese a su difuminada trayectoria como diputado nacional sigue "haciendo mucha vida de partido" y con una relación especialmente frecuente con Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid. "Con Cospedal, la relación es menor", reconoció, antes de insistir en que "no soy yo quién para decirle nada, porque no conozco lo suficiente Castilla-La Mancha aunque sí, y mucho Guadalajara". A este respecto, Pizarro valoró que en la capital de la provincia "las cosas se han hecho bastante bien porque cabe una ciudad de 100.000 habitantes a esta distancia de Madrid", de lo que se beneficia también el Corredor del Henares en su tramo alcarreño. Para el resto de la provincia, Pizarro destacó que aún hay trabajo por hacer en su aprovechamiento como lugar de destino de ocio para una parte de los seis millones de habitantes de la Comunidad de Madrid . "Guadalajara es un diamante en bruto", sentenció.
Pizarro volvía a Guadalajara para ofrecer una charla muy interesante, demostrando su gran conocimiento de la economía, no sólo española, sino también internacional. Así lo reconocía el presidente de la Cámara de Comercio de Guadalajara, Juan José Cercadillo, que corroboraba la autoridad de Pizarro en asuntos económicos y que coincidía con él en que hay que tomar medidas duras.
De hecho, aplicado al organismo cameral, comentaba que éste debe “cobrar el protagonismo que le corresponde”. Por eso, enumeró algunas de las medias que la Cámara ha puesto en marcha en los últimos meses, propiciando encuentros entre los empresarios, autónomos y pymes de la provincia con organismos y expertos que les ayuden en su gestión diaria.
El presidente de la Cámara realizó una breve semblanza del amplio e impresionante currículo de Manuel Pizarro. “Es una persona muy aplicada, a mí no me habría dado tiempo a hacer tantas cosas” comentaba sonriendo Cercadillo antes de dar la palabra a este experto económico.
Comenzaba su intervención Manuel Pizarro recordando que conoce bien Guadalajara, tanto la capital como la provincia, y alabando el buen hacer de Cercadillo al frente de su empresa y, preveía, que haría lo mismo al frente de la institución cameral. “Eres un ejemplo para mucha gente, por tu buen hacer y buen trabajar” señalaba Pizarro. “Creo que es bueno que desde la Cámara dediques tiempo a tus vecinos, es bueno trabajar por los demás, como quise hacer dedicándome a la política. Por eso, no me arrepiento de mi paso por la política” aseveraba.
Tras la introducción, Pizarro se dedicó a analizar las causas de la crisis. De forma didáctica, explicó qué es una subprime y cómo esta práctica que él afirmó que no le gustaba nada, devino en una crisis que se extendió desde los Estados Unidos al resto de países desarrollados.
Aunque, matizó que no toda la culpa de la crisis la tiene la banca. En este sentido, indicaba que el caso de la banca española es diferente, porque en España no se permiten estas prácticas, aunque al estar todos los mercados ligados, la caída de un gran grupo arrastra a los demás.
Por otra parte, aseguró que la solución de inyectar dinero en el sistema bancario es la que había que hacer, igual que cuando hay un fuego, se echa agua, analizaba que este dinero era el agua que necesitaba la banca. Ahora bien, aclaró que ahora hay que establecer unas nuevas reglas del juego, que sean globales e iguales para todos los bancos de cualquier país, de modo que se evite que algo similar a esto pueda ocurrir.
“Los bancarios le han perdido el respeto a su oficio, como ha pasado en el mundo inmobiliario, donde no se ha comprado suelo para construir y para vender, sino como un efecto de comprar cualquier cosa para revender y obtener una ganancia. Esto ya no es inmobiliario, sino especular con suelo, igual que se puede especular con oro, materias primas o dinero” explicaba Pizarro.
En cuanto a las reglas globales para toda la banca mundial, enumeraba que hay que tener un nivel de recursos propios para funcionar, indicar el nivel de apalancamiento, controlar a las entidades sistémicas y establecer normas de contabilidad comunes para todas las entidades mundiales.
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