Ahora, quince años después, ya son seis comunidades—los principales feudos socialistas y Cantabria— las que tras aprobar el Gobierno central el incremento del IVA, han puesto en marcha, o están a punto de hacerlo, un aumento de los impuestos que pagan los ciudadanos que compran bienes de segunda mano en sus territorios.
El pistoletazo de salida lo dio Cantabria, que ya incluyó en los Presupuestos de 2010 el alza del 7% al 8% del tributo para el tramo del valor real de los inmuebles que supere los 300.000 euros. Es decir que, desde el 1 de enero, si una vivienda tiene un valor de 500.000 euros, el comprador de la misma pagará un 7% sobre los primeros 300.000 y un 8% sobre los 200.000 restantes. O lo que es lo mismo, la subida del tributo será de 2.000 euros.
También Andalucía puso en marcha una norma similar antes de que entrara en vigor la subida del IVA. Desde el pasado 19 de marzo, el tipo del Impuesto de Transmisiones es del 8% para los tramos del valor real que superen los 400.000 euros. Asimismo, sube un punto el tributo para las plazas de garaje anejas a la vivienda, con un máximo de dos, para el tramo de valor que supere los 30.000 euros. Comprar un coche de segunda mano en Andalucía es un 1% más caro desde marzo si se trata de turismos o todo terrenos que superen los 15 caballos de potencia fiscal. Las compraventas de embarcaciones de recreo con más de ocho metros de eslora y aquellos otros bienes que se consideren objetos de arte y antigüedades también están gravadas al 8%.
El alza del impuesto en Cataluña (1-7-2010) y Asturias (15-7) coincidió prácticamente con la subida del IVA en todo el territorio español. En estos casos la excusa ya no fue solo que si las viviendas nuevas pagan un IVA del 8%, es lógico que las usadas paguen lo mismo —como se argumentó en 1995—, en esta ocasión la subida se justificó por la necesidad de poner en marcha planes de ajuste fiscal para cuadrar el déficit.
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