Los problemas económicos aumentan en Europa. Según Eurostat la economía tanto de la Eurozona como del conjunto de la Unión Europea creció tan sólo un 0,4% en el tercer trimestre del año pasado, lo que suponen seis décimas menos que en el anterior trimestre, periodo en el que el aumento fue de un 1% en términos intertrimestrales.
Esta fuerte bajada del ritmo de crecimiento se debe sobre todo a que la tradicional «locomotora» europea que es Alemania se paró al crecer su economía tan sólo un 0,7% en el tercer trimestre frente al 2,3% registrado entre abril y junio, y que está en la base del aumento del 1% de avance del PIB del conjunto de la UE y de la Eurozona en el segundo trimestre.
Esta caída de la actividad económica, muy lejos de ser suficiente para crear empleo, será otro de los factores que ponderen hoy los inversores ya que si la actividad económica cae los países más endeudados, como es el caso de Irlanda y el resto de periféricos, tendrán más dificultades aún si cabe para hacer frente al pago de sus títulos de deuda por la caída de los ingresos fiscales.
En el caso de España se sitúa en la línea de descenso de la actividad del resto de países europeos. La actividad económica se redujo en relación al segundo trimestre ya que entre julio y septiembre el PIB español creció un 0,0%, frente al aumento de dos tímidas décimas del segundo trimestre en términos intertrimestrales.
En Francia pasó otro tanto ya que su PIB aumentó un 0,7% en el segundo trimestre y un 0,4% en el tercero, al igual que en Italia, que creció un 0,5% y un 0,2% respectivamente.
La economía de Estados Unidos, por su parte, creció un 0,5% en el tercer trimestre del año en relación con los tres meses anteriores.
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