Aseguraba el pasado jueves el portavoz de Agricultura del Grupo Parlamentario Socialista en las Cortes Regionales, Antonio Salinas, que el modelo cooperativo no es la panacea para salir de la crisis, pero ha demostrado que es un modelo que puede funcionar, porque sigue generando empleo y riqueza en Castilla-La Mancha. De ahí la aprobación, este mismo jueves, de la Ley de Cooperativas, con el apoyo unánime de PSOE y PP.
Y es que el cooperativismo en Castilla-La Mancha está muy enraizado; somos la cuarta comunidad autónoma en número de empresas de economía social, con más de 1.400 cooperativas que dan empleo a unas 13.000 personas.
Además, según datos de la Consejería de Empleo, en los últimos años, coincidiendo con la crisis económica, en Castilla-La Mancha es donde más empresas de estas características se han constituido y la segunda región en la que más puestos de trabajo netos se han creado en el último trimestre del año con cerca de 2.000 nuevos empleos.
Eso sí, el 85% de las cooperativas son agroalimentarias, lo que sitúa a la región en el segundo lugar nacional es este tipo de sociedades y la quinta en riqueza generada.
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